50 VECES MÁS POTENTE QUE LA HEROÍNA Y 100 MÁS QUE LA MORFINA. 20.02.2023 03:28 am Por: Teporaca Romero del Hierro
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“Las drogas son una pérdida de tiempo. Ellas destruyen tu memoria, respeto y autoestima”
Kurt Cobain
Fentanilo, la otra pandemia que engancha inmediatamente a miles de niñ@s y jóvenes en un laberinto sin salida, quien lo prueba, experimenta felicidad extrema, luego del efecto, vive el infierno puro para encontrarse con la muerte en un corto tiempo. En México, su consumo representa un riesgo latente de inseguridad y de salud pública, debido al repunte de muertes por sobredosis, y la lucha intestina entre los grupos criminales que se disputan las 32 plazas de distribución. Hoy, es el narcótico más poderoso y letal del mundo, se estima que es 50 veces más potente que la heroína y 100 más que la morfina. Dos miligramos son suficientes para matar a una persona.
Expertos señalan, que este opioide sintético es difícil de detectar, no deja olores en su procesamiento y no necesita de gran infraestructura para su producción ni para su distribución, transformó por completo el mercado del narcotráfico en todo el mundo, ya que de manera silenciosa viene desplazando a otros productos como la heroína y la mariguana como fuentes de financiamiento de los grupos criminales. Afirman que proviene de China, donde es producida de manera masiva y sin controles gubernamentales y para su tránsito hacia Estados Unidos, México es empleado como ruta de transporte y, de manera creciente, como plaza de producción.
La presencia de China como actor comercial, modifica las rutas del narcotráfico, desplazando a las tradicionales rutas sudamericanas por donde transitaba la cocaína, por ello que el control de los puertos, el pacífico mexicano cobra especial trascendencia.
De acuerdo con declaraciones de Mike Vigil ex jefe de operaciones internacionales de la DEA “es tan potente (fentanilo), tan fácil de transportar, que los traficantes en gran escala ya no necesitan redes sofisticadas”. Publicación de Los Angeles Times en septiembre de 2019 señala que “lo único que hace falta es un buzón, acceso a la internet y gente que consuma opioides”. La presentación para disimular su contenido puede ser en dulces, jabones, cajas de regalos, galletas y pastillas, esta última modalidad es la más común, hacerlos pasar por medicamentos reales posibilita la entrada del opioide a Estados Unidos, ampliando su disponibilidad. Investigaciones de The San Diego Union-Tribune, señalan que en el noroeste de México se encuentra facilmente en farmacias.
Además, el margen de ganancias es muy superior, en comparación con otro opioide como la heroína, las utilidades en su comercialización pueden llegar a ser hasta 20 veces mayores. Según InSight Crime “un kilo de fentanilo, con un costo de US$32.000, puede producir un millón de píldoras falsificadas con un valor de US$20 millones en las calles”. Datos de la DEA revelan que en Estados Unidos muere un estadounidense cada cinco minutos como resultado del consumo del fentanilo, culpando al gobierno mexicano de esta situación, critica severamente la no colaboración, alega que no se persigue lo suficiente los laboratorios clandestinos de drogas ni extradita a suficientes narcotraficantes.
Ante esto, el canciller Marcelo Ebrard dijo “Si el consumo de fentanilo se expande en México, sería un desastre”.
Por el bien de las nuevas generaciones, sus familias y el entorno social, urge detener la elaboración, distribución y consumo. Basta de echar culpas al pasado, de escenificar capítulos de corte eminentemente electorero, centrémonos en lo que realmente importa, las nuevas generaciones se están muriendo, por ende, junto con ellos el entorno social. La adicción se suma al tsunami del desempleo creciente, las secuelas del Covid-19, los actos de corrupción, pobreza, marginación, discriminación, empleos mal pagados, feminicidios, trasgresión a los derechos humanos, delincuencia e inseguridad galopante. Como dijo un de los íconos del rock alternativo, Kurt Cobain, líder de la banda Nirvana, quien luchó desde los 13 años de edad contra las adicciones, las llamaba “el diablo”, lo destruyeron a tal grado, que en el clímax de su carrera perdió la batalla, los efectos secundarios de su adicción lo llevaron a terminar abruptamente con su vida. Dijo: “Las drogas son una pérdida de tiempo. Ellas destruyen tu memoria, respeto y autoestima”. Por un México sano y pensante, Sumemos Voces.
Autor: Teporaca Romero del Hierro
Fuente: WWW.eldiariodechihuahua.mx
manuelgandaras@gmail.com